La filosofía. Una escuela de la libertad
La filosofía es una herramienta que ha acompañado al ser humano desde su aparición en la tierra y ha sido el elemento central para que este evolucionara y transformara su entorno hasta llegar a lo que hoy es nuestro planeta y todos sus desarrollos. El pensamiento filosófico permea a todos los seres humanos e influye en sus actividades cotidianas al margen de que estos lo sepan o lo ignoren. El pensamiento filosófico ha sido y es el camino hacia una calidad de vida caracterizada por la plenitud y la satisfacción. Por ello, las universidades, como modernos centros del saber y la reflexión, no pueden ni deben estar al margen de este pensamiento filosófico.
En este sentido, el presente texto expone los productos de las reflexiones y los análisis de pensadores y especialistas sobre las múltiples dimensiones en las que influye o puede influir la filosofía en el vasto mundo de la cultura y el conocimiento. Se trata de un trabajo de excepcional trascendencia donde afortunadamente se han conjuntado visiones desde diversas disciplinas que han logrado armonizarse. El significado y la función de la filosofía se someten a la reflexión y el análisis de las comunidades de la misma filosofía, del arte, de la ciencia y de la literatura. Esta publicación permitirá a los especialistas una reflexión que, sin duda, transformará la conciencia tradicional que se ha tenido acerca de la filosofía y su impacto en el quehacer social cotidiano. Se abre asimismo, la posibilidad de que otras comunidades académicas se sumen a esta reflexión y hagan aportes en esta temática, tan amplia y tan necesaria en nuestros tiempos.
La filosofía. Una escuela de la libertad.
El libro La filosofía. Una escuela de la libertad (publicado en 2011, por UNESCO y la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa) se inicia con el prefacio siguiente de Koïchiro Matsuura, Director General de UNESCO:
“La misión esencial de la UNESCO, que está al servicio de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad, consiste en abarcar y promover el conjunto de los saberes. En una sociedad del conocimiento abierta, inclusiva y pluralista, la filosofía ocupa plenamente su lugar. Y su enseñanza, junto a la de las otras ciencias humanas y sociales, sigue ocupando un lugar central en nuestra labor.
Esta obra versa no sólo sobre la situación actual de lo que se hace, o de lo que no se hace, en materia de enseñanza de la filosofía hoy en día. Va mucho más allá, ya que establece un marco de lectura inteligible y proporciona al mismo tiempo pistas y nuevas orientaciones. Constituye, por lo tanto, una auténtica herramienta práctica y prospectiva, documentada y actualizada, en la que cada cual podrá encontrar materia para reflexionar.
¿Qué puede ser la enseñanza de la filosofía, sino la de la libertad y de la razón crítica? En efecto, la filosofía implica el ejercicio de la libertad gracias a la reflexión. Se trata, por ende, de juzgar sobre la base de la razón y no de expresar meras opiniones, no sólo de saber sino también de comprender el sentido y los principios del saber, de actuar para desarrollar el sentido crítico, baluarte por excelencia contra toda forma de pasión doctrinaria. Dichas finalidades exigen tiempo, fijarse en uno mismo, en los otros lenguajes y en otras culturas. Se trata de un tiempo largo, que requiere una instrucción esclarecida y una puesta en perspectiva rigurosa de conceptos e ideas. La filosofía como método, actitud y pedagogía permite así desarrollar competencias en cada individuo que le permiten cuestionar, comparar y conceptualizar.
En el primer estudio sobre la enseñanza de la filosofía en el mundo que realizó la UNESCO, cuyos resultados se publicaron en 1953, ya se hacía hincapié en el papel que desempeña la filosofía en la toma de conciencia de los problemas fundamentales de la ciencia y la cultura, y en la emergencia de una reflexión argumentada sobre el futuro de la condición humana. Desde entonces, la filosofía ha cambiado, se ha abierto al mundo y a otras disciplinas. He ahí una razón más para fortalecer su enseñanza donde ya existe y promoverla donde aún no se practica.
Reabrir ese debate y continuarlo es también, y ante todo, volver a poner la cuestión de las políticas de enseñanza y educación en el centro de la agenda internacional: se trata de un desafío importante, si queremos valorar y compartir nuestros saberes e invertir en una educación de calidad para todos, con vistas a asegurar la igualdad de oportunidades.
Por lo tanto, se trata de un desafío para cada uno de los Estados miembros de la UNESCO, para todas las ONG y asociaciones filosóficas, así como para el conjunto de los actores afectados e interesados que se apropien de los resultados de este estudio y encuentren constructivas y útiles las orientaciones. Hago votos para que todos puedan inspirarse en este vasto conjunto de ideas, experiencias, iniciativas y prácticas, oportunamente reunidas para encarar mejor los desafíos del mañana.”
Es asimismo de interés la contribución siguiente de Pierre Sané, Subdirector General para las Ciencias Sociales y Humanas (UNESCO):
“Disciplina clave de las ciencias humanas, la filosofía se encuentra en el cruce de caminos del devenir de los individuos. Porque más allá de un saber, se trata de un «saber ser». De la misma manera que hay un arte de saber, también hay un arte de enseñar. Por ello, la UNESCO se propone hoy difundir este estudio que se articula en tres tiempos: recabar los aportes de los estudios anteriores en la materia, describir la enseñanza que se practica hoy en día y esbozar perspectivas para el futuro.
La trama de este estudio se apoya en un postulado esencial: la UNESCO no pretende defender ningún método u orientación filosófica, salvo el de la cultura de la paz. La iniciativa de este estudio, decidida por los Estados miembros y la Secretaría de la UNESCO se inscribe en un leitmotiv permanente: la promoción de la filosofía y el fomento de su enseñanza, como lo atestigua la Estrategia Intersectorial sobre la Filosofía de la UNESCO (1). Dicha estrategia tiene tres ejes principales: i) La filosofía frente a los problemas del mundo: diálogo, análisis e interrogantes sobre la sociedad contemporánea; ii) La enseñanza de la filosofía en el mundo: fomentar la reflexión crítica y el pensamiento independiente; iii) La promoción de la investigación y del pensamiento filosóficos.
En dicha estrategia, la enseñanza de la filosofía ocupa el lugar central de la fructífera acción de la UNESCO en el campo de la filosofía. La primera actividad que exige ese eje es, precisamente, la elaboración de un estudio sobre la situación actual de la enseñanza de la filosofía en el mundo. Se trata de una condición indispensable para cualquier actividad futura en este campo, ya que una reflexión documentada y esclarecida es la mejor garantía que se puede tener para emprender una acción inteligente y focalizada.
Este estudio tiene un carácter interdisciplinario, ya que se encuentra en el nexo de la educación y las ciencias sociales. Los dos sectores competentes de la UNESCO han aunado sus fuerzas para contribuir a su elaboración, cuya base se apoya tanto en la pedagogía propiamente dicha como en la filosofía. Se trata de una cooperación ejemplar ilustrada en cada una de las etapas de elaboración del estudio y, en particular, en el cuestionario que sirvió de base cualitativa y cuantitativa. Este estudio se propone poner a disposición de los Estados miembros una clave de lectura que refleje fielmente la situación actual de dicha enseñanza y abrir perspectivas para la reformulación o mejoramiento de los programas ya existentes, identificando al mismo tiempo las carencias en la materia, como la ausencia de la enseñanza de la filosofía o su eventual deformación. El estudio tiende así a reafirmar enérgicamente el papel de la filosofía como baluarte contra el doble peligro que representa el oscurantismo y el
extremismo, que son preocupaciones esenciales para los Estados miembros de la Organización. Ahora bien, ¿qué otra institución sino la escuela puede ofrecer ese baluarte infranqueable? Siempre que sea el lugar donde se desarrolla un pensamiento libre, crítico e independiente. ¿Quién sino el docente, el formador, el educador puede enseñar a reflexionar, a discutir la evidencia y a no fiarse de los axiomas? Siempre que sea un guía y no un maestro dogmático.
Hoy en día, la razón de ser de este estudio se justifica completamente. Con su amplia base documental, ofrece una descripción pormenorizada de las modalidades de la enseñanza de la filosofía, tanto en sus niveles tradicionales, el secundario y el universitario, como en nuevas esferas, tales como la enseñanza de la filosofía a nivel primario o en esferas inesperadas, como las nuevas prácticas filosóficas. También procura plantear los interrogantes más pertinentes que involucran problemáticas educativas relativas a la enseñanza de la filosofía. Proporciona unas pistas de reflexión y orientaciones que pueden servir de herramientas de referencia para las políticas de enseñanza de la filosofía. Se trata, sin lugar a dudas, de un estudio ambicioso, ya que no se limita a ser meramente descriptivo sino que ofrece, al mismo tiempo, una visión focalizada de la enseñanza de la filosofía y de la manera en que ésta última refleja la naturaleza de nuestras sociedades contemporáneas.
Si este estudio contiene un mensaje, ése es, sin lugar a dudas, el que nos exhorta a considerar la enseñanza de la filosofía como necesaria e indispensable. Un mensaje ya transmitido por los anteriores estudios emprendidos por la UNESC0 en la materia, con una resonancia y una agudeza sin precedentes.
El pasado alimenta el presente y forja el futuro: es en torno a esos tres tiempos que se articula la acción de la UNESCO en el campo de la enseñanza de la filosofía y de su promoción en general.
Primer tiempo: la enseñanza de la filosofía, un campo de interés permanente para la UNESCO
La filosofía siempre ha sido consustancial a la UNESCO. Inspiró en gran parte su Constitución y ya en 1946 la UNESCO lanzó un programa en materia de filosofía. La presencia destacada de grandes filósofos como Jean-Paul Sartre, Emmanuel Mounier y Alfred J. Ayer en la Conferencia General de la Organización, que se celebró en La Sorbona, atestigua elocuentemente la importancia que la Organización deseaba conferir a esta disciplina y a sus representantes. Después, se creó en 1949 el Consejo Internacional de la Filosofía y de las Ciencias Humanas, Roger Caillois lanzó la revista Diógenes y, en 1960, se creó la División de la Filosofía, cuya dirección se confió a la filósofa Jeanne Hersch.
En 1950, la Conferencia General de la UNESCO, en su quinta sesión, decidió que llevaría a cabo «una encuesta sobre el lugar que ocupa la enseñanza de la filosofía en los diversos sistemas de ocupación, sobre la forma en que se da y sobre la influencia que ejerce en la formación del ciudadano». Dicha encuesta, que se efectuó en 1952 y en 1953, fue un hito y se refirió a la enseñanza de la filosofía y, en particular, al lugar que ésta ocupaba en los sistemas educativos de los diversos países, su papel en la formación del ciudadano así como a la importancia que reviste para la búsqueda de una mejor comprensión entre los seres humanos. El informe respectivo se publicó acompañado de un análisis general sobre los problemas planteados por la enseñanza de la filosofía, preparado por Georges Canguilhem, por aquel entonces joven inspector general de filosofía en Francia. El informe también contenía una declaración común de los expertos asociados a la encuesta. En 1978, los Estados miembros de la UNESCO solicitaron a la Organización llevar a cabo estudios sobre la enseñanza y la investigación filosóficas en cada una de las regiones del mundo. Dichas consultas regionales, que se alargaron más de una década, tenían como objetivo efectuar una vasta encuesta, con particular énfasis en las prácticas interdisciplinarias en el mundo.
Para la región África, se organizó en junio de 1980 en Nairobi (Kenia) una reunión de filósofos que formuló una serie de recomendaciones que atestiguan del lugar crucial que se ambicionaba para la filosofía en África. Los participantes hicieron hincapié en los numerosos problemas vinculados a la enseñanza y a la investigación filosófica en África: la enseñanza de la filosofía durante el periodo precolonial, la herencia colonial en la materia, la formación filosófica de los científicos y la formación científica de los filósofos, incluidas algunas sugerencias relativas a la «descolonización conceptual».
Para la región Asia-Pacífico, se celebró una reunión de filósofos en febrero de 1983 en Bangkok (Tailandia). Dicha reunión versó, en particular, sobre la profesionalización de la filosofía, y puso de relieve la impregnación de la filosofía en esa región por la religión y la historia, así como la necesidad de restablecer el diálogo entre los sociólogos y los filósofos con vistas a colmar la brecha entre las dos disciplinas y facilitar un intercambio fructífero sobre la comprensión de los problemas relacionados con la sociedad.
Para la región América Latina y el Caribe, se celebró una reunión de expertos en junio de 1985 en Lima (Perú). Los expertos transmitieron a la UNESCO una serie de solicitudes relativas a la elaboración de un estudio interdisciplinario sobre las relaciones entre la filosofía y las ciencias exactas, naturales, sociales y humanas; la promoción de estudios sobre la historia de las ideas y su influencia; la elaboración de una bibliografía contemporánea sobre la filosofía en América Latina y el Caribe; el fomento de la participación de especialistas en filosofía de América Latina y el Caribe en la revista Diógenes; la promoción de la traducción de obras filosóficas (de y hacia el español y el portugués).
Para la región árabe, se celebró una reunión de filósofos en julio de 1987 en Marrakech (Marruecos) sobre el tema «La enseñanza y la investigación filosóficas en el mundo árabe». Dicha reunión permitió establecer un perfil de la enseñanza de la asignatura en los distintos países árabes, tanto a nivel secundario como universitario, así como en el campo de la investigación. También se aprovechó la ocasión para celebrar una mesa redonda en conmemoración del pensador Ibn Tufayl, lo que fue muy propicio para recordar la influencia de la filosofía árabe en el desarrollo del pensamiento durante la Edad Media.
Para la región Europa, la consulta regional resultó en la publicación en 1993 de una obra sobre la filosofía en Europa, con la colaboración del Instituto Internacional de Filosofía (IIP) y el Consejo Internacional de Filosofía y de Ciencias Humanas (CIPSH). Esa vasta encuesta tenía por objeto describir la situación de la filosofía en Europa, e incluye inventarios, país por país, de las grandes tendencias y de los interrogantes en filosofía, así como un esbozo de la circulación efectiva, más o menos difícil según los casos, de interrogantes filosóficos entre los distintos países, y por tanto del diálogo necesario entre pensadores e intelectuales, más allá de las fronteras nacionales y culturales.
En 1994, la UNESCO se propuso completar la encuesta de 1951. El nuevo estudio, bajo la dirección Roger-Pol Droit, incluyó contribuciones de personalidades de 66 países, con el propósito de abrir un nuevo campo de reflexión y debate sobre el lugar de la filosofía en las culturas contemporáneas y en la formación del libre juicio de los ciudadanos. Se analizaron las relaciones entre la filosofía y los procesos democráticos, las relaciones de la filosofía con la interdependencia económica, así como el papel de los instrumentos informáticos, la enseñanza de las ciencias, la filosofía política y el papel del ciudadano.
En 1995, la UNESCO organizó unas jornadas internacionales de estudios en Paris, que resultaron en la Declaración de Paris a favor de la Filosofía. En dicha declaración se reafirma que la educación filosófica, al formar espíritus libres y reflexivos, capaces de resistir a las diversas formas de propaganda, fanatismo, exclusión e intolerancia, contribuye a la paz y prepara a los individuos para asumir sus responsabilidades frente a los grandes interrogantes contemporáneos, en particular en el campo de la ética. En dicha declaración, también se hizo hincapié en que la enseñanza de la filosofía debe mantenerse o ampliarse donde ya existe, implantarse donde aún no existe y ser nombrada explícitamente con la palabra «filosofía», recordando también que debe ser impartida por profesores cualificados e instruidos específicamente a tal efecto y no estar supeditada a ninguna consideración económica, técnica, religiosa, política o ideológica. Por último, también se hizo hincapié en que la enseñanza de la filosofía, al tiempo que mantiene su autonomía, debe vincularse, en la medida de lo posible, a la formación académica o profesional en todos los campos y no ser solo yuxtapuesta a la misma.
A partir de 1995, el programa de la UNESCO en materia de filosofía continuó con la creación de redes regionales, particularmente activas en el Sudeste Asiático, Europa, América Latina y el Caribe, así como en África. También se lanzaron otras iniciativas, en particular en materia de enseñanza de la filosofía para los niños, así como la Enciclopedia Multimedia de Ciencias Filosóficas, todas ellas con el objetivo común de popularizar una cultura filosófica internacional.
Segundo tiempo: la enseñanza de la filosofía, aquí y ahora
¿Por qué hacer un balance de la enseñanza de la filosofía aquí y ahora? Porque el mundo cambia constantemente, así como las culturas, las modalidades de intercambio de los saberes, los interrogantes y, claro está, la enseñanza de la filosofía y la filosofía misma. La labor de actualización de los datos reviste un carácter indispensable para dar una lectura inteligible del mundo y afrontar mejor los desafíos. Con ese objetivo de comprensión de nuestro entorno, la UNESCO emprendió la elaboración de este estudio, con vistas a contribuir en la escritura de una nueva página de esa historia, velando al mismo tiempo por establecer un panorama claro de los logros para tener una visión lúcida del futuro de dicha enseñanza.
Este estudio, realizado más de una década después de la última encuesta llevada a cabo por la UNESCO en la materia se basa en una rica labor documental y bibliográfica. Se hizo todo lo posible para abarcar el mayor número posible de Estados Miembros de la Organización, con el fin de ilustrar fielmente su vocación mundial. Se consultó a todos los países sin excepción y muchos de ellos contribuyeron a enriquecer el estudio, manifestando una actitud de adhesión eminentemente participativa.
Como un zoom fotográfico, el estudio versa sobre cuatro facetas de la enseñanza de la filosofía, con el propósito de contener todos los niveles, tanto en el marco de la educación formal como en el de la educación no formal: i) La filosofía y los jóvenes espíritus: la edad del asombro –su enseñanza a nivel preescolar y primario–; ii) La filosofía en la edad del cuestionamiento –su enseñanza a nivel secundario–; iii) La filosofía en el campo universitario –su enseñanza a nivel superior–; iv) Otros caminos para descubrir la filosofía –su práctica en la polis–.
Se dispone así de una visión precisa de las tendencias existentes en cada uno de esos niveles, acompañada por estudios de casos regionales, un repertorio de las reformas que han marcado la enseñanza de la filosofía y de las experiencias que revisten particular interés.
La originalidad de este estudio se refleja asimismo en el planteamiento de unas Preguntas vivas que llaman constantemente la atención de los Estados miembros de la UNESCO, así como la de los profesores, investigadores y practicantes de la filosofía. Entre otros, cabe mencionar: la aptitud de los niños para aprender la filosofía, tomando en cuenta las dimensiones psicológicas, filosóficas y sociológicas; la importancia de las innovaciones pedagógicas; el papel clave del maestro y la cuestión de la formación de los formadores; el problema de la supresión o sustitución de la enseñanza de la filosofía; las perspectivas profesionales; la necesidad de filosofar; así como el estatus y la posición del filósofo. Interrogantes que son tratados de manera innovadora y experta, para favorecer una mejor comprensión de los desafíos que se plantean con gran agudeza en el mundo actual. Hay que plantear esas Preguntas vivas, ya que demuestran que la enseñanza de la filosofía podrá cumplir su función sólo si se inscribe en un proceso educativo pensado, concebido, integrado, en relación con las otras asignaturas, en el que cada una tiene su papel, es complementaria de la otra, enriqueciéndose mutuamente. En efecto, ninguna de las asignaturas enseñadas puede asegurar por sí sola una misión educativa global y a la inversa, disolver la enseñanza de la filosofía en el seno de otras asignaturas equivaldría a restarle todo sentido. Fuera de subrayar el interés que puede tener el curso de filosofía en el proceso global educativo, en este estudio se procura, ante todo, demostrar su razón de ser así como su necesidad.
Tercer tiempo: la enseñanza de la filosofía, un desafío para el futuro
La UNESCO, heredera de la sociedad de los espíritus que promovió Paul Valéry, ha asumido dos tareas mayores en el campo de la filosofía.
La primera tarea consiste en ayudar a dicha materia a ejercerse y desarrollarse, con vistas a favorecer el diálogo internacional entre las comunidades de filósofos, asumiendo la función de un catalizador de ideas, de plataforma de intercambios, de espacio de diálogo libre y liberado. A este respecto, se publicaron numerosos trabajos de alcance internacional, como por ejemplo la Declaración de París para la Filosofía, en la que se reivindicaba el derecho a la filosofía, y que le sirvió a la asignatura para «oponer resistencia» cuando su enseñanza se veía amenazada por su reducción o supresión en ciertos países. La segunda tarea consiste en la retroalimentación en el seno mismo de la Organización sobre las cuestiones transversales, los desafíos contemporáneos, los conceptos centrales, las prioridades y las estrategias que hay que adoptar para darle sentido al mundo (la palabra sentido definida desde un punto de vista filosófico a la vez como orientación y significado).
Este estudio debe servir de trampolín para otras actividades enunciadas en la Estrategia Intersectorial sobre la Filosofía, en particular como contribución a la formulación de recomendaciones sobre las políticas de enseñanza de la filosofía a nivel secundario y universitario, abarcando la enseñanza de las diferentes tradiciones filosóficas así como la filosofía comparativa, la formación y los mecanismos de evaluación, la elaboración de manuales y de programas de intercambio; la consolidación de las Cátedras UNESCO de Filosofía; el apoyo a las Olimpiadas Internacionales de filosofía; la difusión de trabajos de investigación y de las sesiones del Diálogo Filosófico Interregional de la UNESCO. Una multiplicidad de campos de acción para el futuro de la enseñanza de la filosofía en el mundo, a favor de la cual la UNESCO se propone seguir asumiendo su papel específico de guía en el sistema de las Naciones Unidas.
Por último, podemos enfocar este estudio desde la perspectiva del filósofo Jacques Derrida cuando se refirió, en 1991, a la cuestión del derecho a la filosofía desde un punto de vista cosmopolítico: a su juicio, en efecto siempre hay una idea de la filosofía que rebasa lo que ya existe. Así, la idea de justicia rebasa el campo del derecho positivo, así como la idea de universalidad que defiende la UNESCO va más allá de lo que existe actualmente. Lo mismo ocurre con la enseñanza de la filosofía: el mensaje que contiene este estudio trasciende la realidad de lo que se ha comprobado y pone de manifiesto una auténtica voluntad de salvaguardar la filosofía, así como su enseñanza y su perennidad.
Ese mensaje es el reflejo de una convicción profunda: el derecho a la filosofía para todos.”
Para más información: La filosofía. Una escuela de la libertad
Para más información: Grado en Filosofía Online (UCV)
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