La interdependencia compleja en la política internacional, por Pau Sanchis

[themecolor]Institucionalismo neoliberal y relaciones internacionales. interdependencia compleja[/themecolor]

Pau Sanchis Matoses

1. Introducción

La política mundial siempre ha sido objeto de un cambio constante en las relaciones de fuerzas de los diferentes actores. Sólo hay que ver los acontecimientos del siglo XX para darse cuenta de ello. Lo que en su día fue un panorama en el que dos bloques ponían en vilo al mundo, ahora parece haberse transformado en una multipolaridad de fuerzas que hace difícil una aplicación de la teoría de la estabilidad hegemónica[1]. De aquí que haya sido tan difícil una teorización estable y objetiva que permanezca en el tiempo.

2. Interdependencia compleja

Robert O. Keoane, teórico de la interdependencia compleja.

Robert O. Keohane, teórico de la interdependencia compleja.

Sin embargo, utilizando la terminología weberiana, se pueden establecer tipos ideales que ayuden a hacernos cargo de esta compleja realidad política. Nos referimos a la noción de interdepencia compleja desarrollada por los politólogos Keohane et Nye en un libro publicado más de diez años antes de la disolución de la URSS, pero cuyo análisis es impecable en mucho sentidos[2].

Si durante el inicio de la guerra fría las teorías realistas habían monopolizado los análisis académicos, dichos autores afirman que

las explicaciones tradicionales del cambio en los regímenes se tornan cuestionables y la búsqueda de nuevos modelos explicativos se hace más urgente  (Keohane et Nye, 2001: 20)

Así, las afirmaciones que dichas teorías tradicionales profesan sobre el Estado como el actor dominante, la fuerza como el instrumento más eficaz de presión y la seguridad militar como la principal preocupación de un Estado, se tornan cuestionables. Por ello, como se preguntarán Keohane y Nye ¿la fuerza y el Estado siguen siendo los principales elementos con los que analizar las relaciones internacionales?

Para dichos autores, los conceptos utilizados por los teóricos realistas durante los años cincuenta no tienen ya vigencia[3]. Antes bien, la realidad político internacional se ha vuelto más compleja con lo que cabe sobrepasar la lógica realista. Es por esto que los teóricos de la interdependencia compleja van a hablarnos de tres características que conformarán su nuevo análisis.

Se destaca, en primer lugar, los múltiples canales que conectan las sociedades en una multiplicidad de ámbitos; como se ejemplifica en los distintos acuerdos de élites gubernamentales con no-gubernamentales, o con organizaciones transnacionales. De este modo, surgen nuevos actores distintos del Estado que poco a poco irán ganando relevancia. Una segunda característica es la ausencia de jerarquía entre los distintos asuntos internacionales; con lo que se niega la supremacía que los teóricos realistas atribuían a la seguridad militar[4]. De hecho,

los acuerdos consultivos globales desarrollados por la OCDE, el GATT, el FMI y la Comunidad Europea indican cuán característico es el solapamiento de las políticas internas y externas entre los países desarrollados pluralistas (Keohane et Nye, 2001: 23)

Como última característica encontramos que la fuerza militar ha dejado de ser un fin necesario para la supervivencia de todo Estado. El contexto global no es tan bélico como lo fue durante el inicio de la guerra fría, con lo que la fuerza militar de las principales potencias mundiales se ha transformado en una característica más disuasoria que efectiva[5], ya que los costes de una guerra pueden llegar a ser también perjudiciales para el país vencedor. Ahora bien, como precisan los autores, este contexto de teórica estabilidad es bastante frágil y contiene una serie de contra-ejemplos evidentes que disimulan la creciente tendencia disuasoria de la fuerza militar[6].

3. Los procesos que conforman la política internacional en nuestros días

Pues bien, dichas características dan origen a cuatro procesos que conformarán la política internacional:

1) Dado el rol menos presente de la fuerza militar, las metas de los Estados variarán dentro de esta lógica de dependencia compleja. Así pues, vemos como el primer proceso viene marcado por la utilización del poder económico como garante de obtención del resultado deseado que anteriormente se alcanzaba con la amenaza militar. De este modo, el factor económico se refuerza todavía más en sus implicaciones políticas.

2) Como segundo factor encontramos que la denominada formación de la agenda política deviene más importante debido, principalmente, a que la diferenciación entre High Politics y Low Politics se vuelve más relativa.

3) Las relaciones transnacionales y transgubernamentales, como tercer proceso a destacar, se vuelven cada vez más importantes. Así, los múltiples canales se hacen cada vez más importantes y el Estado se empieza a desarrollar en diferentes facetas.

4) Como cuarto y último proceso, encontramos que el rol de los organismos internacionales para la negociación política se ve reforzado. Dichos organismos internacionales contribuyen al establecimiento de la agenda internacional llegando incluso a determinar “las prioridades gubernamentales, la naturaleza de las comisiones interdepartamentales y otras disposiciones al interior de los gobiernos” (Keohane et Nye, 2001: 30).

 4. Conclusiones

Explicadas las nociones básicas de la interdependencia compleja, cabe señalar, a modo de conclusión, una importante laguna de dicha interpretación que con el tiempo ha cobrado importancia mayor. Si bien es cierto que, según este análisis, el factor económico empieza tener más relevancia en las relaciones que se van a dar en la política internacional, no es analizado ni con la profundidad ni con la importancia requerida. Así las cosas, el mismo Keohane[7] se hará cargo de la importancia de la variable económica al afirmar en un texto posterior:

no podemos entender la política de los países (…) sin entender la verdadera relación entre la economía nacional y la economía mundial, y los cambios que se dan en esta relación (Keoane, 1996: 7).

Y es que, como ya afirmara el joven candidato demócrata a la presidencia B. Cliton  en las elecciones norteamericanas de 1992, «¡The economy, stupid!»

[1] Término que los pensadores liberales refieren al periodo posterior a la segunda guerra mundial cuando se establece al dólar estadounidense como divisa internacional y su paridad con el patrón oro. Terminaría, sin embargo, durante los años 70 cuando asistimos a una especie de declive de la hegemonía americana debido a un estancamiento de su economía que terminaría con la paridad patrón oro-dólar.

[2] Nos referimos a Keohane, R. O., & Nye, J. S. (2001).  Power and Interdependence. New York, NY: Longman. Las citas realizadas en este artículo han sido traducidas del inglés por el autor del mismo.

[3] Nos referimos, por ejemplo, al análisis realizado por H.J. Morgenthau en su obra Politics among nations.

[4] Como ejemplifica el discurso de Henry Kissinger que los autores reproducen en (Keohane et Nye, 2001: 23)

[5] A cualquier lector crítico le puede sorprender esta afirmación, sobre todo si se tiene en cuenta las últimas guerras llevadas a cabo por EEUU, la primera potencia mundial, en distintas partes del mundo: Kuwait, Afganistán o Irak

[6] Véase las relaciones que establecía la extinguida URSS con Europa Oriental o Norteamérica con distintas zonas del Caribe como Guatemala o República Dominicana.

[7]  Keohane, R. O., & Milner, H. V. (1996). Internationalization and Domestic Politics. Cambridge: Cambridge University Press

Otras obras de Keohane y Nye:

icono de pdfKeohane, R. O., &  Nye, J. S. (2000). Globalization: What’s New? What’s Not? (And So What?). Foreign Policy.

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